LECCIONES 361-365
Te entrego este instante santo.
Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu
dirección me brindará paz.
1. Y si necesito una palabra de aliento, Él me la
dará. 2Si necesito un pensamiento, Él me lo dará también. 3Y
si lo que necesito es quietud y una mente
receptiva y serena, ésos serán los regalos que de Él recibiré. 4Él
está a cargo a petición mía. 5Y me oirá y contestará porque Él habla
en Nombre de Dios mi Padre y de Su santo Hijo.
Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN 362 - 28 DICIEMBRE
“Te entrego este instante
santo.
Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu
dirección me brindará paz”
Instrucciones
para la práctica
Ver las instrucciones para
la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o
en la Tarjeta de Práctica de este
libro.
LECCIONES FINALES
Propósito: Recibir el
regalo que Dios ha prometido a Su Hijo. Dedicar nuestra mente a seguir el
camino de la verdad y llevar allí a nuestros hermanos. Perdonar al mundo y
acelerar el final del sueño que Dios ha fijado.
Tiempo
de quietud por la mañana/ noche: Tanto tiempo como sea
necesario.
- Utiliza las palabras sólo al comienzo, y únicamente para recordarte a ti mismo que estás intentando ir más allá de ellas.
- Deja el resto de la lección al Espíritu Santo. Ponle a Él a cargo de todo. Cualquier cosa que necesites, sea un pensamiento, una palabra, o quietud y serenidad, Él te lo dará.
Recordatorios
cada hora: No hay instrucciones concretas.
Recordatorios
frecuentes: No hay instrucciones concretas.
Respuesta
a la tentación: No hay instrucciones concretas.
Comentario
El Libro de Ejercicios nos
lleva a este momento: “… de aquí en adelante
Le entregamos también nuestras vidas” (L.FL.In.1:4). Si la idea de entregarle
tu vida a Dios no te parece atrayente, piensa en la alternativa: “Pues no
queremos volver a creer en el pecado, que fue lo que hizo que el mundo
pareciese un lugar feo e inseguro, hostil y destructor, peligroso desde
cualquier punto de vista, y traicionero más allá de cualquier esperanza de
poder tener confianza o de escapar del dolor” (L.FL.In.1:5).
La idea
de que queremos algo distinto a Dios es lo que organizó todo este tinglado. No
existe nada distinto a Dios. La “creencia en el pecado” que se menciona no es
nada más que nuestra creencia de que hemos conseguido hacer algo separado de
Dios. Realmente no queremos esto, aunque hemos creído que lo queríamos. Esta
creencia es la fuente de todo nuestro dolor así que, en lugar de eso,
entreguemos nuestra vida a la Fuente de toda dicha. Entreguémosle nuestra vida
para que Su Voz, el Espíritu Santo, la dirija.
Pongamos
este instante santo y cada instante en Sus manos.
El suyo es el único camino para hallar la paz que Dios nos ha dado. Su camino es el que todo el mundo tiene que
recorrer al final, pues éste es el final que Dios Mismo dispuso.
(L.FL.In.2:1-2)
No dejes
que esas palabras “el único camino” te asusten. Esto no quiere decir que Un Curso de Milagros sea el único camino
a Dios, lo que quiere decir es que el camino del perdón, la verdad de que todos
somos inocentes para Dios, es el único camino, sea cual sea la forma que tome.
Dios nos creó a todos para ser Su expresión y, al final, Su Voluntad se hará.
Como dice en la Introducción al Texto, no tenemos elección en cuanto al
contenido del programa de estudios, sólo en cuándo queremos aprenderlo.
En el sueño del tiempo este final parece ser algo muy remoto. Sin
embargo, en verdad ya está aquí, como un amable guía que nos indica qué camino
tomar. (L.FL.In.2:3-4)
Robert,
en nuestro boletín informativo, escribió un artículo sobre el tema: “¿Cuánto
tiempo queda hasta que salgamos de aquí?” o en otras palabras “¿Cuánto tiempo
queda hasta que lleguemos al final del viaje?” El Curso está lleno de aparentes
contradicciones como la siguiente: La verdad ya está aquí y sin embargo, en el
tiempo, parece estar muy, muy lejos. Las dos son ciertas, cada una dentro de su
contexto adecuado. Un sueño que dura sólo unos segundos puede parecer que dura
años, dentro del sueño. ¿No es posible que un sueño que dura tan sólo un “brevísimo lapso de tiempo” (T.26.V.3:5) pueda parecer que dura
billones de años? Dentro del sueño del tiempo, nuestro viaje al Hogar parece
que dura muchísimo tiempo. En realidad ya se acabó, y el poder de su final está
presente ahora, guiándonos a través del sueño.
Así
que, ¿qué deberíamos hacer? ¿Cómo deberíamos vivir? ¿Deberíamos decir: “Ya se
terminó todo”, tranquilizarnos y relajarnos? No, para nosotros el sueño todavía
nos parece real. Por lo tanto:
Marchemos juntos por el camino que la verdad nos señala. Y seamos los líderes de los muchos hermanos que andan
en busca del camino, pero que no lo encuentran. (L.FL.In.2:5-6)
En su artículo, Robert llega a la conclusión de que “¿cuánto tiempo?”
es una pregunta que no tiene importancia, y que deberíamos estar contentos
tanto si vamos al Hogar mañana o en el año 10.000. Nuestra función es ser la
luz del mundo mientras estemos en él. Tenemos que llevar al Hogar a todos
nuestros hermanos que todavía están perdidos, que todavía andan a tientas en la
oscuridad. Tenemos que perdonar al mundo, llevarles a todos el mensaje de la
inocencia, extender a todo el mundo la paz y el amor que hemos encontrado.
Esto es lo que hacemos cuando decimos: “pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará
paz”. ¿Qué dirección? La dirección del perdón, la dirección de perdonar al
mundo. Ésa es la dirección que “me brindará paz”. Cumplir nuestra tarea de
perdonar al mundo se convierte en el contenido de nuestros días. Cuando hayamos
aceptado que ésta es la única función que queremos llevar a cabo, el Espíritu
Santo arreglará todo por nosotros, nos dará todo lo que necesitemos para el
camino.
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
VIDEO Mich Gaymard:
https://www.youtube.com/watch?v=geKMzDvW1R4
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